En América Latina, los médicos siguen recetando medicamentos no probados para el covid-19 en un intento de controlar la situación de emergencia provocada por la pandemia y el estado de alerta en los distintos centros sanitarios. Así, importantes testimonios han demostrado que en Brasil, los hospitales públicos y privados siguen recetando medicamentos sin base científica para el tratamiento de la enfermedad, mientras están al borde del colapso por el aumento de los contagios.
Kits de tratamiento preventivo ineficaz
Por ejemplo, incluyen un "kit de tratamiento preventivo" para los pacientes que aún no han sido diagnosticados, en el que les proporcionan medicamentos como la cloroquina y la ivermectina, que se utilizan para tratar las enfermedades parasitarias. Ante esta premura, se explica que la orden es literalmente tratar primero y diagnosticar después. Sin embargo, a menudo ni siquiera se tiene en cuenta el historial médico de otras enfermedades o afecciones para las que existen graves contraindicaciones para estos fármacos.
Un riesgo de consecuencias relacionadas con un tratamiento preventivo inadecuado
Así ocurrió en febrero, cuando a una mujer diabética, atendida en la red privada por un dolor de garganta, se le administró una combinación de hidrocloroquina, ivermectina y prednisona, un fármaco contraindicado para personas con diabetes porque altera los niveles de azúcar en sangre. Asimismo, se ha indicado el uso de antibióticos como la azitromicina para el tratamiento de los pacientes con covid-19 positivo, aunque no hay pruebas científicas de su eficacia en estos casos y su uso puede tener graves consecuencias a largo plazo.
Entre las evidencias para descartar los efectos de la azitromicina, en septiembre de 2020 se publicó en la revista científica The Lancet una publicación realizada por investigadores brasileños que llevaron a cabo un estudio sobre 400 pacientes hospitalizados con síntomas graves de coronavirus en los que no se identificó ninguna mejora en su estado tras el tratamiento con azitromicina. Al respecto, la farmacóloga Herrmann dijo que aunque el uso médico de medicamentos con efectos secundarios es común, se basa en que los beneficios superan estos efectos adversos, sin embargo, dijo que en este caso no hay beneficio y puede haber consecuencias importantes.